El Cometa Mantle

Mantle fue uno de los mejores de la historia de la pelota caliente, sin embargo, sus adicciones frenaron su carrera

Cuando se trata de convertirse en el mejor en lo que uno hace y declarar esto como un hecho,  se debe ser capaz de demostrarlo ante todos y en cualquier situación. En el mundo deportivo, el atleta profesional debe ser magistral en la actividad que realiza; talento, dedicación, constancia e inclusive una pizca de fortuna deben estar siempre latentes en su vida diaria; Mickey El Cometa Mantle, considerado por muchos como uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol reunía dichas características.

 Mickey Charles Mantle, nació en Spavinaw, Oklahoma, un 20 de octubre de 1931, desde pequeño Mickey mostró aptitudes en las actividades deportivas; aprendió a jugar béisbol con su padre y abuelo, quienes le desarrollaron la capacidad de bateo a ambos lados del plato. Mantle a muy temprana edad ya había desarrollado una cualidad pocas veces vista, era un bateador ambidiestro.

 A los 17 años, un cazatalentos de los Yankees—donde jugó durante toda su carrera— que fue a observar a otro jugador quedó admirado por el poder de su bateo. Quiso contratarlo de inmediato pero al comprobar la juventud de Mickey, le prometió a éste hacerlo cuando fuera su graduación. Y así fue, en 1951 se incorporó a las Mayores.

 Para 1956 Mantle era toda una estrella, y uno de los mejores bateadores ambidiestros. Esa misma temporada logró una de las mayores marcas para un bateador: la Triple Crown (mejor promedio de bateo, mayor cantidad de cuadrangulares y carreras impulsadas).

 El Cometa, no solo era un bateador de poder, también sabía ejecutar toques de pelota para sacrificarse y robar bases. Tenía uno de los brazos más poderosos; sin embargo, las constantes lesiones y su adicción a las drogas y al alcohol pusieron fin a su brillante trayectoria.  Posteriormente un cáncer de hígado lo llevó a la tumba el 13 de agosto de 1995. Mantle bateó 536 jonrones con los Pinstripers, además de ayudarlos a ganar  12 banderines de Serie Mundial, dejó el récord de 18 vuelca cercas  en el Clásico de Otoño. Fue ingresado al Salón de la Fama en 1974.

 

Mickey Mantle

Remontada memorable de Boston

 

Los Medias Rojas se adjudicaron La Primera Serie Mundial Moderna al derrotar a Pittsburgh un día como hoy pero de hace 111 años

Cuando el 1 de octubre de 1903, Los Pilgrims, hoy Medias Rojas de Boston, ganaron la Serie Mundial a los Piratas de Pittsburgh, comenzaba una nueva era en la historia del Deporte Rey. Jugaban en el Huntington Park localizado en Boston y en el Exposition Park de Pittsburgh. La Primera Serie Mundial Moderna, fue el calificativo usado entonces. Cabe señalar que en el siglo pasado se habían celebrado algunas otras Series Mundiales; sin embargo, esta marcaba pauta  por encima de otras.

.La Serie Mundial de 1903 fue producto de una entrevista entre los dos presidentes de los dos equipos, cuando ya se advertía la imposibilidad de que Pittsburgh y Boston perdieran en sus ligas. Nueve encuentros sería el máximo y todos los ingresos por taquilla debían ser divididos en partes iguales; cada organización negociaría con sus peloteros el monto de la bolsa, que  fue de poco más de cincuenta mil dólares.

Este ha sido el único caso en la historia en el cual los jugadores que perdieron recibieron más dinero por cabeza que los ganadores, precedido a que el propietario de los Piratas, quien era entonces, Barney Dreyfuss, decidió obsequiar la totalidad que le correspondía a sus peloteros.

Los Medias Rojas ganaron cinco juegos a tres, logrando una de las más memorables remontadas, ya que habían estado abajo con un solo juego ganado y tres derrotas. Es decir, ganaron cuatro  juegos de manera consecutiva.

Los dos equipos habían ganado cómodamente sus campeonatos. El manager de los bostonianos, Jimmy Collins vio a sus patirrojos terminar con catorce juegos de ventaja sobre los Atleticos de Philadelphia, que fueron segundos. Y los Piratas, dirigidos por Fred Clarke, quedaron a seis juegos y medio de su perseguidores más próximos; los Gigantes de Nueva York.

Entre las razones que se esgrimieron, como posibles causas de la derrota de los bucaneros, se hizo mucho énfasis en que tenían un solo lanzador realmente ganador; Deacon Phillipe, proveniente de los Yankees justamente esa campaña.
Boston; por el contrario, tenía dos astros del montículo, Bill Dinneen y Cy Young, quienes serían factor para adjudicarse la Primera Seria Mundial Moderna en una memorable serie.

images (2)