El ultimo héroe del barrio

6a00d83451583769e20115705b253a970b

Cuauhtémoc Blanco

Ave de las tempestades, delantero letal, un jugador picante y  talentoso, nacido en el Barrio Bravo de Tepito. Desde pequeño se mudó a Azcapotzalco, donde fue conocido como el Héroe de Tlatilco—colonia donde creció—, capaz de todo, un representante de lo que es la cultura mexicana, específicamente chilanga. Cuauhtémoc Blanco Bravo demostró  que la carrera del futbolista es legítima para buscar el ascenso social para escapar a la pobreza, para cambiar la miseria.

Nacido el 17 de enero de 1972, Blanco, desde temprana edad, mostró su interés al futbol; aprendió a jugar en las calles, en terrenos baldíos, a un costado de las vías que cruzaban cerca de su casa. Cuando tomaba la pelota sobre la tierra del llano, parecía que surcaba por la cancha, como si estuviera esquivando automóviles.

El primer equipo al que El Cuau le otorgó alegrías, fue la escuadra llanera del Impala, poco después, jugando con el equipo de la delegación Azcapotzalco, fue visoreado por Ángel El Coca González, quien lo llevó al club de sus amores; el América.

Debutó con las águilas en diciembre de 1992, en un duelo correspondiente a la Jornada 18 de la temporada 92-93 frente a lospanzas verdes de León. El cotejo fue celebrado en el coloso del Bajío, el Nou Camp, donde Blanco ingresó al minuto 62’ por Raúl Rodrigo Lara.

El técnico con quien debutó, fue Miguel Ángel El Zurdo López. Sin embargo, no fue sino hasta que llegó Leo Benhackker (94-95) al banquillo azulcrema que se consolidó como una figura sobre el césped.

Cuauhtémoc en sus primero años como profesional, era irreverente, era un jugador incomparable; pedía la pelota, sacaba el pecho y levantaba la cara. Con el paso de los años adquirió protagonismo debido a su carácter volátil y demencial; siempre presente en cualquier situación en el campo, de a poco se convirtió en una inspiración deportiva y social, en un héroe rebelde.

El delantero ha paseado durante más de 23 años por las canchas del mundo, mostrando su calidad en once equipos, dos de ellos fuera del país.  Hombre polémico y arrebatado, que no se calla ante nadie, dueño de bondades únicas, el futbol de Blanco aún hace jugar a los demás, pues a sus 42 años, la bola circula por sus botines con su club actual, el Puebla, en donde se coronó campeón de la Copa MX, ante Chivas (4-2) en su último partido como profesional.

 El ultimo héroe del barrio, es el segundo máximo goleador histórico del América (153), solo por debajo de Luis Roberto Alves ; de la Selección Mexicana, es el tercero de la lista (38). Además, era el máximo goleador en activo de la Primera División de México con 147 dianas.

Una paliza épica de los Raiders

raiders-over-redskins(iacono)

The Black Sunday

Los Raiders de Oakland—y alguna vez de Los Ángeles—han estado presentes en cinco ocasiones en el Gran Juego, logrando obtener el preciado Vince Lombardi en tres presentaciones, (1976, 1980 y 1984). El título más reciente, lo consiguieron derrotando a los Redskins de Washington el 22 de enero de 1984, el escenario fue  el Tampa Stadium de la ciudad de Tampa, Florida.

Ese domingo fue denominado por la prensa deportiva estadounidense como el Black Sunday, donde además de alzarse con la victoria, el corredor de los Raiders, Marcus Allen, acarreó 191 yardas estableciendo un récord de Super Bowl.

El marcador de aquel partido, también es digno de recordar, pues los negro y plata ganaron el Super Bowl XVIII sobre los Pieles Rojas, por marcador de 38-9, una auténtica paliza, conocida como una de las victorias más abultadas en partidos que disputan el trofeo Vince Lombardi.

Durante aquel Super Bolw, los Raiders, que aún jugaban en Los Ángeles (desde 1982 hasta 1995, cuando volvieron a su lugar de origen: Oakland), tomaron ventaja apenas comenzado el partido, y desde ese momento dominaron con autoridad a los de Washington, equipo que en el papel era favorito para adjudicarse el gallardete; sin embargo, los Redskins nunca lograron acercarse en la pizarra al rival. Ese trofeo, fue el único que levantó la franquicia de los negro y plata en su estadía en Los Ángeles.

Marcus Allen, corredor de los Raiders,  fue el MVP del partido, quien es recordado por su gran actuación aquel domingo, pues además de correr 191 yardas, atrapó dos pases y anotó un par de veces.

Entre sus estadísticas en ese enfrentamiento, se encuentra un touchdown de 74 yardas, hazaña que se mantuvo como la racha más larga de un Gran Juego, hasta el Super Bowl XLIII , cuando James Harrison de los Acereros de Pittsburgh batió la marca con un regreso de intercepción de 100 yardas contra los Cardenales de Arizona el 2 de febrero de 2009. Allen fue inducido al Salón de la Fama de la NFL en el año 2003.

El primer tricampeón de la NFL

Terry-Bradshaw1

Steelers; dominante Cortina de Acero

La década de los años setenta, fue una magnífica época para los Acereros de Pittsburgh, uno de los equipos más ganadores en la historia de la NFL, que a lo largo de sus casi 82 años de historia, ha conseguido seis trofeos Vince Lombardi (1975, 1976, 1979, 1980, 2006 y 2009).

Aquellos años, los emparrillados fueron dominados por una cortina de acero junto a Terry Bradshaw, quarterback de los Steelers, quien el 21 de enero de 1979, encaminó a los suyos a ganar el Super Bowl XIII, y de paso, rompió tres récords, convirtiéndose en el MVP del partido.

Ese domingo, el Miami Orange Bowl fue escenario del Gran Juego;  Vaqueros de Dallas ante Acereros de Pittsburgh, equipos que tres años antes habían disputado el Super Bowl X, trofeo que levantaron los Steelers (17-21), el MVP de aquel juego fue Lynn Swann (WR, Pittsburgh), en lo que marcaría el inicio de una de las rivalidades más intensas de la NFL.

Los Cowboys llegaron por la disputa del Vince Lombardi por segundo año consecutivo después de derrotar a los Broncos de Denveren el SB XII.

El  partido fue emocionante desde el principio; sin embargo, los favoritos eran los de Pittsburgh, y lo demostraron tomando la delantera en el segundo cuarto, diferencia mínima, pero suficiente para derrotar a los Vaqueros que pelearon hasta el último segundo.

Los de Pittsburgh se alzaron con la victoria por 35-31, y Bradshaw lograba convertirse en el MVP, pues con su notable actuación, rompió tres récords: el de más pases de anotación con 4, el de más yardas por aire con 318, y el pase más largo de anotación de 75 yardas. Terry, fue quarterback de los Steelers por 13 años (1970-83), en 1989 fue inmortalizado junto a su dorsal número doce, en elSalón de la Fama de la franquicia.

Con la victoria, los Acereros se convertían en el primer equipo en conseguir el triunfo en el Gran Juego en tres ocasiones.