El inicio de la Fernandomanía

Poseedor de una de las curvas más venenosas de todos los tiempos

Yankees v Dodgers

Aquel día, el entonces novato mexicano, Fernando El Toro Valenzuela, se consagraría con un juego magistral en la gran carpa, donde vino de menos a más a ganar el tercer partido de la Serie Mundial que disputaban los Dodgers de Los Angeles ante los Yanquis de Nueva York, partido que sería el principio del fin de los pinstripers, que después de esa derrota a manos del lanzador azteca, no encontrarían rumbo y perderían  el gallardete en cinco juegos, perdiendo tres encuentros al hilo.

Los californianos habían perdido los dos primeros partidos de aquella serie y ahora su futuro dependía, una vez más,  del brazo de  El Gigante de la Loma, Valenzuela.

El pitcher encargado de abrir la serie fue el sonorense, que  con un strike cantado para Willie Randolph, dio inicio al partido; sin embargo, poco despues de eso comenzaron los problemas de Fernando, quien lucía tenso y fuera de ritmo.

Para la alta de la segunda, un cuandrangular de Bob Watson de los Yanquis, fue el primer daño para el mexicano. Luego doblete de Rick Cerone y sencillo productor Larry Milbourne para la segunda carrera. En el tercer episodio, Cerone  volvió a castigar a El Toro con un vuelca cercas de dos carreras para darle la vuelta a la pizarra, la cosa pintaba fea para los angelinos.

Tomm Lasorda, manager de los Dodgers, en más de una ocasión estuvo a punto de sacar del montículo a Valenzuela, pero el sonorense respondía: “estoy bien”, cada que tenía la visita de su piloto en el montículo.

En la quinta, la novena del sur dio una sacudida  y le dio vuelta a la pizarra con un doblete de Pedro Guerrero, para la séptima entrada, Valenzuela parecía haber despertado de su letargo; pues fue el primer episodio en el que retiraba a tres bateadores.

El juego fue tornándose adulto, todo quedó listo para el último turno, con el Dodger Stadium convertido en un manicomio. Valenzuela retiró a Jerry Mumphrey y a Dave Winfield sin problema, el último a la caja de bateo por parte de los Yanquis era el peligrosísimo Lou Piniella, quien en cuenta de 2-2, terminó por abanicar el lanzamiento 145 del sonorense en el partido. Su sexto ponche en el juego le ponía un broche de oro y daba el triunfo a Fernando, quien se convirtió en el primer mexicano en abrir un juego del Clásico de Otoño y además, ganarlo. El 23 de octubre de aquel año comenzó la famosa Fernandomanía.

Chepo y el equipo de sus amores

 

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Después de meses sin actividad vuelve al equipo que lo vio nacer para devolverle las glorias que le brindó como jugador y entrenador

 

Hoy su nombre de nuevo esta en las portadas de los periódicos, todas la miradas están puestas sobre él, pues se la ha encargado la tarea de salvar, no solo del sótano  de la tabla general al Rebaño, sino de las llamas del descenso. Después de atravesar una etapa sombría en su trayectoria como entrenador en el ciclo mundialista con el Tri, que no pudo culminar de la manera deseada para su causa, ahora está de regreso con las Chivas, que desde el banquillo tratará de sanar a una escuadra enferma, el equipo con el que debutó un día como hoy pero de hace 30 años.

La tarde del 21 de octubre de 1984, José Manuel  El Chepo de la Torre, debutó como jugador en su tierra natal; Guadalajara, en el empate del Rebaño 2-2 con la UAG, su función sobre el terreno de juego durante su carrera como futbolista, era la de un mediocampista bien clavado. Fue campeón en la temporada 1986-87 con Chivas,  y también levantó el trofeo de Liga con Puebla, en 1989-90, y con Necaxa en el invierno de 1998 justo un año antes de su retiro como jugador profesional. Jugó en la Primera División de España con el Real Oviedo, equipo con el que participó sólo una temporada en 1988.

José Manuel algunas ocasiones fue convocado a la selección azteca; sin embargo, nunca jugó en una competición de renombre,  el final de su carrera como futbolista marcaría el inicio a su trayectoria como director técnico, donde sin duda ha obtenido los mayores logros de su andar en el mundo balompié, uno de los más recordados es el título del torneo Apertura 2006 conseguido con el Chiverío, en una memorable final disputada en el Nemesio Diez ante Toluca, que culminó con una un gol de Bofo Bautista, diana que le daría el onceavo título en su haber a los de Guadalajara.

Chepo compartió el césped con sus hermanos Eduardo y Néstor de la Torre en Chivas, éste último con quien ahora también comparte la responsabilidad de sacar a flote ese barco que poco a poco se hunde; Néstor recientemente asumió el cargo de Presidente Deportivo de los rojiblancos, con la esperanza de los altos mandos del equipo tapatío de alejarlo de la zona caliente de la tabla de cocientes y devolverlo a la senda del triunfo, como algunos vez lo hiciera la dupla de la Torre, dentro y fuera del campo de juego.

El Cometa Mantle

Mantle fue uno de los mejores de la historia de la pelota caliente, sin embargo, sus adicciones frenaron su carrera

Cuando se trata de convertirse en el mejor en lo que uno hace y declarar esto como un hecho,  se debe ser capaz de demostrarlo ante todos y en cualquier situación. En el mundo deportivo, el atleta profesional debe ser magistral en la actividad que realiza; talento, dedicación, constancia e inclusive una pizca de fortuna deben estar siempre latentes en su vida diaria; Mickey El Cometa Mantle, considerado por muchos como uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol reunía dichas características.

 Mickey Charles Mantle, nació en Spavinaw, Oklahoma, un 20 de octubre de 1931, desde pequeño Mickey mostró aptitudes en las actividades deportivas; aprendió a jugar béisbol con su padre y abuelo, quienes le desarrollaron la capacidad de bateo a ambos lados del plato. Mantle a muy temprana edad ya había desarrollado una cualidad pocas veces vista, era un bateador ambidiestro.

 A los 17 años, un cazatalentos de los Yankees—donde jugó durante toda su carrera— que fue a observar a otro jugador quedó admirado por el poder de su bateo. Quiso contratarlo de inmediato pero al comprobar la juventud de Mickey, le prometió a éste hacerlo cuando fuera su graduación. Y así fue, en 1951 se incorporó a las Mayores.

 Para 1956 Mantle era toda una estrella, y uno de los mejores bateadores ambidiestros. Esa misma temporada logró una de las mayores marcas para un bateador: la Triple Crown (mejor promedio de bateo, mayor cantidad de cuadrangulares y carreras impulsadas).

 El Cometa, no solo era un bateador de poder, también sabía ejecutar toques de pelota para sacrificarse y robar bases. Tenía uno de los brazos más poderosos; sin embargo, las constantes lesiones y su adicción a las drogas y al alcohol pusieron fin a su brillante trayectoria.  Posteriormente un cáncer de hígado lo llevó a la tumba el 13 de agosto de 1995. Mantle bateó 536 jonrones con los Pinstripers, además de ayudarlos a ganar  12 banderines de Serie Mundial, dejó el récord de 18 vuelca cercas  en el Clásico de Otoño. Fue ingresado al Salón de la Fama en 1974.

 

Mickey Mantle

El comienzo de una hazaña épica

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Sorprendentes Marlins

 

Los Marlins de Florida llegaron a aquel Clásico de Otoño como víctimas, nadie tenía esperanza en los novatos,  jamás alguien se imaginó el tremendo desenlace de esta serie  que se adjudicaron en siete encuentros; el primero de ellos se jugó un 18 de octubre de 1997, ante los Indians de Cleveland, en la entonces casa de Los Peces, el Pro Player Stadium, hoy conocido como el Sun Life Stadium localizado al norte de Miami,  recinto que ya no los cobija más desde la venta de la franquicia en 2011, fecha en la que cambiaron su nombre a Los Marlins de Miami.

Los Marlins durante toda esa temporada tuvieron un ritmo lleno de altibajos; sin embargo, se repusieron para eliminar a los Giants de San Francisco de Dusty Baker en la Serie de División en tres juegos y posteriormente sorprender a los Braves de Atlanta por el título de liga. Los Braves como siempre venían armados con grandes peloteros y su indiscutida experiencia en estos clásicos. Pese a los antecedentes, los Marlins avanzaron a la Serie Mundial.

Los Peces estuvieron en el primer lugar del este de la Liga Nacional los primeros 11 juegos de la temporada. Después de eso, los Bravos encabezaron la división el resto de la temporada. La ofensiva de Florida no tuvo ni un solo pelotero que bateara .300, no tenía un solo bateador con más de 23 jonrones y tampoco uno solo con 100 impulsadas, en el papel parecía que los Indians barrerían con los Marlins.

Sin embargo, los sorprendentes Marlins, con apenas cuatro años de historia en el béisbol de la Liga Nacional, doblegaron 7-4 a los Indios de Cleveland en el primer cotejo. Los Marlins, se convirtieron en el primer equipo comodín en ganar la Serie Mundial. El juego 7 fue decidido en extra innings con un sencillo de Edgar Rentería. El MVP de la serie fue el pitcher inicialista Liván Hernández de Los Peces, sin duda un día inolvidable para los de Florida.

 

Lio Messi, un genio del futbol

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Con el número 30 en el dorsal comenzó la historia de una leyenda

 

 

«He estado esperando esto durante mucho tiempo. Es un sueño hecho realidad «, dijo Leo Messi después de hacer su debut con el primer equipo en un partido oficial el 16 de octubre de 2004, en Montjuïc. El Barça había derrotado al Espanyol 0-1, y Frank Rijkaard dijo que había sustituido al argentino debido a su calidad y para dar Deco un descanso, quien fue el autor del único tanto del partido, mismo que sirvió para dar el triunfo a los blaugranas.

Aquella tarde el pampero hacía su aparición oficial, nadie sospechaba que tiempo después, ese pequeño jugador apodado La Pulga, se convertiría en el mejor futbolista del planeta. Lionel Messi, quien con tan sólo 17 años, y de la mano de Frank Rijkaard, debutaba en el Barcelona.

Llegó Barcelona con 13 años, a La Masía, como se denomina a la cantera del club blaugrana, proveniente de las Inferiores de Newells. Lio tuvo una brillante carrera hasta llegar al primer equipo. Ni hablar de que tenía, por ese entonces, a compañeros que hoy siguen jugando con él, como, Andrés Iniesta y Gerard Piqué, entre otros.

En ese momento, Messi no figuró mucho en el lado de Barcelona, ​​como por delante de él había grandes jugadores como Ronaldinho y Eto’o. Además, había tenido problemas en su pasaporte y el Barcelona decidió no usarlo para evitar problemas legales. La directiva culé tenía la idea de un préstamo para el sudamericano,  ellos sabían muy bien que podía adquirir experiencia en otro club de Primera División; sin embargo, nunca se materializó su salida.

Su debut en la red se dio recién el 1 de mayo del 2005, ante el Albacete. Ese fue su único grito en su primera temporada, donde disputó siete partidos. Con el correr de los meses todo cambiaría hasta convertirse en lo que es hoy día, donde sigue escribiendo su historia con letras de oro.

 

 

Enfundado en uniformes de colores chillantes, hizo escuela en el arco mexicano

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Las playas de uno de los destinos más paradisíacos de México vieron crecer a un adelantado a su época, el sol  tropical de Acapulco fue testigo del nacimiento de  El Brody Jorge Campos, un 15 de octubre de 1966. Jorge fue un jugador con capacidades distintas, mismas que le permitían defender la meta de su equipo siendo el último hombre a vencer bajo los tres postes o podía aprovechar esas condiciones jugando en la punta, ofendiendo al arco rival, sacando ventaja de las debilidades de esa posición tan caprichosa como lo es la del arquero, posición que él conocía muy bien, y que rotaba según la situación lo exigiera; la posición de arquero y la de un delantero centro bien clavado.

El Brody era un jugador muy peculiar y reconocido a nivel mundial, y no todo se lo debía a la gran clase que mostraba como futbolista, también se hizo muy popular gracias a la  extravagancia que lo caracterizaba; su vestimenta colorida y sus jugadas arriesgadas aseguraban al respetado que ver a Campos sobre el césped sería todo un espectáculo.

El acapulqueño forjó una carrera emblemática que le dio la vuelta al planeta siendo el primer rostro mexicano que utilizó Nike para un comercial al lado de figuras como  Éric Cantona, Alessandro Del Piero, Ronaldo, Paolo Maldini y Luís Figo.

Debutó como futbolista en Pumas en 1988, como delantero, pues el primer portero era el inamovible Adolfo Ríos. Jugó también para el Atlante, Cruz Azul, los Tigres, y el Puebla. Fue campeón con Pumas en 1990-91 y con Cruz Azul en  el 1997. En Estados Unidos jugó con Los Ángeles Galaxy y Chicago Fire.

Fue internacional con la selección de México en 130 partidos, además de ser el portero titular en Estados Unidos 1994 y Francia 1998, y el suplente en Corea y Japón 2002. Con la selección azteca ganó la Copa Confederaciones de 1999 y la Copa Oro de 1993 y 1996.  Es tercero en la lista de porteros con más anotaciones, en total, 40 veces gritó festejando su aporte al marcador. Campos sin duda era un distinto.

Juegos Panamericanos Guadalajara 2011

Con 42 presas doradas, la delegación tricolor estableció su máximo récord en el certamen continental

Cada cuatro años se llevan a cabo los Juegos Panamericanos, que sirven como antesala y preparación de los mejores atletas de nuestro continente de cara a los Juegos Olímpicos, el pasado 14 de octubre del 2011 se inauguraron en la ciudad de Guadalajara los  Juegos Panamericanos correspondientes entre toques  de la tradición del Estado de Jalisco y la modernidad. El Estadio Omnilife fue el escenario que dio inicio a la justa continental: Panamericanos de Guadalajara 2011.

Los XVI Juegos Panamericanos se llevaron a cabo del 14 al 30 de octubre de 2011 en la ciudad de Guadalajara, México, país que ha sido sede de dicho certamen en tres ocasiones; la Cuidad de México protagonista de las dos anteriores (1955 y 1975), siendo ésta la primera fuera de la capital azteca. México es el primer país en albergar la competición en tres ocasiones.

El país local no solo obtuvo una derrama económica importante durante la justa, también  materializó su más exitosa participación en Panamericanos. Superó por mucho las expectativas, y no sólo rebasó la cifra de 23 medallas áureas que se habían conseguido en Mar del Plata, Argentina,  en 1995—máxima cantidad de preseas doradas obtenidas en este tipo de competiciones—sino que casi duplicó ese número.

Todo salió como estaba escrito, las dos reinas del deporte nacional; la clavadista Paola Espinosa, acompañada por Paola Longoria de racquetbol, obtuvieron ambas, tres metales dorados, siguiéndoles muy de cerca Cynthia Valdez de gimnasia artística, Marisol Romero de atletismo y Samantha Terán de squash con dos oros en su cuenta personal para las atletas.

En la rama varonil, el joven gimnasta Daniel Corral, se destaca por sus dos metales áureos, primera vez que un deportista de este deporte sube al podio más alto de unos Juegos Panamericanos.

Los clavados fueron para México el deporte que más le representó en el medallero de los Juegos Panamericano, al arrasar con las ocho preseas de oro. Nunca antes los saltos habían tenido una participación tan completa.

Con 42 oros alcanzados en los Juegos de Guadalajara 2011, México tiene su más exitosa participación en Panamericanos, esperando ahora refrendar las marcas conseguidas en Toronto 2015.

Inauguración Panamericanos Guadalajara 2011

El Zorro del Desierto

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Hablar de Jared es hablar de la historia del futbol mexicano 

El futbol mexicano históricamente ha carecido de goleadores natos, en la actualidad, todos se encuentran en el retiro salvo uno. Javier Hernández Balcázar quien hace algunas semanas fichó con el Real Madrid es el único artillero azteca activo que tiene un lugar entre los máximos anotadores del TRI; el líder de esa lista es el delantero nacido en Culiacán, Sinaloa: Jared Borgetti, mejor conocido como El Zorro del Desierto, quien tiene el título hasta la fecha de máximo anotador de la selección mexicana  con 46 dianas en 89 cotejos jugados. Aquel espigado delantero, marcó su primera anotación en Primera División al minuto 56’ el 9 de octubre de 1994, enfundado con los colores del Atlas, que visitaba al Toluca. Aquel gol marcaría el inicio de la carrera de un romperdes letal, capaz de disparar desde cualquier ángulo cercano al arco rival con ambas piernas, pero su sello personal era el poderoso remate de cabeza, recurso que utilizó para vencer a los mejores arqueros del planeta, el más recordado lo realizó en el Mundial de Corea Japón 2002, venciendo a Gianluigi Buffon con una magistral anotación.

El de Culiacán comenzó su andar futbolístico con el Atlas, durante la temporada 1994-95 (la de su debut) disputó 28 partidos y anotó 13 goles, siendo ésta su mejor campaña con el cuadro rojinegro. Poco después sería transferido al  Santos Laguna,  equipo donde se convertiría en una leyenda, mostrando cualidades que pocas veces se ven en un delantero mexicano. En su primera temporada como lagunero, Jared marcó 16 goles, uno de ellos para darle su primer campeonato de liga a la escuadra de Santos al derrotar 4-2 al Necaxa en el antiguo Estadio Corona. En la Comarca, el ariete marcó un total de 205 goles en 314 cotejos, formando una dupla mortal con el chileno Rodrigo El Pony Ruiz (1996-2004), marca que lo convirtió en el máximo anotador en la historia del club.

Jared ocupa el tercer lugar de los máximos romperedes en la historia del futbol mexicano con 252 tantos, solo detrás de Hermosillo y Cabinho. Fue hasta mayo de 2010—año de su retiro—, según las estadísticas del IFFHS, el noveno máximo goleador en activo a nivel mundial en ligas de primera división y también fue el primer jugador azteca en militar en la Barclays Premier League (Bolton Wanderers).

Fatídica tarde para el Cuau

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Una lesión que frenó su carrera en Europa que iba en asenso

 

El sol caía a plomo en la Ciudad de México, aquella tarde el coloso de Santa Úrsula era escenario del cotejo clasificatorio rumbo a la Copa del Mundo de Corea Japón 2002 entre la selección de México y su similar de Trinidad y Tobago, y sin saber, también sería testigo de una terrible lesión.

La tarde de ese domingo, 8 de octubre del año 2000,  el estadio Azteca no paraba de cantar goles, al entretiempo el TRI estaba arriba por marcador de 4-0, el artillero Jared Borgetti tenía dos dianas en su cuenta, las mismas que Cuauhtémoc Blanco. México comenzó la segunda mitad con la misma intensidad; al 65’ Duilio Davino haría el quinto para la causa azteca en una jugada a balón parado, cinco minutos más tarde, un pase milimétrico de Blanco para Pavel Pardo lo dejaría pleno para que sirviera a la llegada del Jared a primer poste, que con un clínico remate de palomita pondría el sexto gol de México en la pizarra y el tercero en su cuenta personal. Una tarde para celebrar en la capital mexicana; sin embargo, la peor pesadilla del Cuau estaba a un parpadeo, al 76’ Blanco recibió la de gajos dentro del área trinitaria cerca del borde izquierdo, El Temo al ver el arribo del zaguero rival recortó hacia adentro, pero el camisa número 13 Ancil Elcock, se olvidó del balón y embistió sobre la pierna derecha del jugador local, el juez marcó la pena máxima, misma que cambio por gol Víctor Ruiz, sellando el triunfo tricolor por marcador final de 7-0. En tanto el verdugo de Blanco fue expulsado, pero el daño estaba hecho, la artera entrada le provocó a El Temo la rotura de ligamento cruzado izquierdo, alejándolo de las canchas por más de nueve meses. Aquella jugada marcaría para siempre la carrera del atacante mexicano, dicha lesión le costó que su carrera no se consolidará en el club español  Real Valladolid.

Luego de una larga recuperación, el 1 de septiembre de 2001, Blanco se vuelve a enfundar la casaca del TRI y lo hace para salvar al equipo de Javier Aguirre en Jamaica; como relevo marca los dos goles que le dan vuelta el partido y devuelven a México al buen camino en aquella difícil eliminatoria. Algunas semanas después anota dos veces a Honduras en la victoria de 3-0 con la que se consolida la sufrida clasificación al Mundial.

Hoy día, Blanco sigue rompiendo las redes rivales con el conjunto de Puebla, es hasta la fecha el segundo mejor anotador en la historia del TRI solo por detrás de Jared Borgetti con 39 goles en 120 partidos.

Técnica y potencia excelsas para clavar la de gajos desde el córner

 

El primer gol olímpico se registró en Buenos Aires, un 2 de octubre de 1924, en un partido entre Argentina y Uruguay

Todo jugador de futbol—amateur o profesional—ha soñado al menos una vez con anotar un gol espectacular, en romper la red del arco rival con estilo; que su anotación quede grabada en la historia de este deporte para siempre, y que mejor manera de materializar la hazaña batiendo al arquero con un riflazo desde el saque de esquina. El llamado gol olímpico,  diana que solo unos cuantos jugadores en los registros de la FIFA pueden presumir, es considerada una joya del futbol, el primero de la historia lo hizo el atacante argentino Cesáreo Onzari, el 2 de octubre de 1924.

Aquella tarde, las selecciones de Argentina y Uruguay disputaban un partido amistoso en Buenos Aires, Cerca del minuto 15 de la primera mitad, un contragolpe de los pamperos sorprendió a la defensa charrúa que apenas pudo intervenir para evitar el avance rival, lo que provocó un saque de esquina; fue entonces que la hazaña se produjo. Onzari, el ariete argentino quien ejecutó el tiro de esquina desde la izquierda, le pegó a la de gajos con tanto efecto que, para desgracia del arquero uruguayo Antonio Mazzali, se coló contra el primer palo. La prensa deportiva, entonces, lo transformó en el primer gol olímpico, haciendo un juego de palabras con el éxito reciente de la escuadra uruguaya, equipo que meses atrás había conseguido la medalla de oro en las Olimpiadas de París 1924: “gol a los olímpicos” lo llamaban, que tiempo después se acortaría a gol olímpico, justo como lo conocemos hoy en día.

Uno de los más endiablados ejecutores de tiros de esquina ha sido el también argentino Juan Ernesto Cococho Álvarez. Durante sus seis temporadas en Colombia, Álvarez anotó apenas 35 goles en 226 partidos, pero ocho de ellos resultaron olímpicos. Lo curioso es que en agosto de 1976, jugando para el Deportivo Cali, le marcó dos al Deportivo Cúcuta en el mismo partido, su secreto era entrenar por horas los saques de esquina con la intención de madrugar al arquero. Sin duda una magistral manera de vencer al guardameta contrario.

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