Roberto Clemente conectó su hit número 3.000 el 30 de septiembre de 1972, meses después murió en un trágico accidente
A temprana edad, El Cometa de Carolina ya sobresalía en la pista de carrera, ganando medallas en tiro de jabalina y carreras de corta distancia, no obstante, el verdadero amor de Roberto era el béisbol, deporte en el que decidió incursionarse y en el cual se le consideró uno de los mejores jardineros derechos de la historia, opinión que se consolida con los doce Guantes de Oro—galardones obtenidos por ser el mejor jugador en su posición—de los que se hizo acreedor durante su trayectoria. El de Carolina, Puerto Rico, fue también un destacado bateador que obtuvo cuatro títulos individuales y que llegó además, el 30 de septiembre de 1972, a la cifra de 3.000 hits. Clemente fue quizá el jugador más dominante de la década de los años 60’s en la gran carpa; sin embargo, solamente una vez obtuvo la distinción del Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, en el año de 1966, y Jugador Más Valioso en la Serie Mundial del 1971.
En 1954, los Piratas de Pittsburgh lo reclutaron, donde jugó por más de 18 años, equipo en el que llegó a ser una leyenda y pieza fundamental. Roberto jugó en dos Series Mundiales, bateando .310 en 1960 y .414 en 1971.
En la víspera del Año Nuevo en 1972, meses después de haber conectado su hit número 3.000, Roberto abordó un avión para repartir provisiones en Nicaragua, que había sido azotada por un terremoto. Poco después del despegue, el avión explotó y chocó contra el Océano Atlántico. No hubo sobrevivientes, y nunca se pudo recuperar el cuerpo del pelotero. Tiempo después, el 6 de agosto de 1973, Clemente, quien tenía un average de por vida de .317 con 240 jonrones y 1, 305 impulsadas fue iniciado póstumamente al Salón de la Fama de Cooperstown. Se convirtió en el primer jugador Hispano en ser elegido al santuario.